COMERCIO DE LA SEDA

COMERCIO DE LA SEDA

LA RUTA DE LA SEDA La Ruta de la seda era una red de rutas comerciales entre Asia y Europa se extendía desde Chang'an (actualmente Xi'an) en China, Antioquía en Siria y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a las puertas de Europa y que llegaba hasta los reinos hispánicos en el siglo XV.
El término "Ruta de la seda" fue creado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen, quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la seda,1 en 1877.
Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba en ella, la seda, cuya elaboración era un secreto que sólo los chinos conocían. Los romanos se convirtieron en grandes aficionados de este tejido, tras conocerlo antes del comienzo de nuestra era a través de los partos, quienes controlaban su comercio. Muchos productos transitaban estas rutas: piedras y metales preciosos, telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, vidrio, materiales manufacturados coral etc.


Origen

Mapa de la Ruta de la seda a su paso por Asia central, con los cruces de las principales coordilleras.
Se cuenta que el Emperador  Wu Di de la Diastía Han decidió en 138 a. C. fraguar  las alianzas con los reinos del oeste y del noroeste, enemigos de las tribus Xiang-Nu, ya que sufrían invasiones cada vez más frecuentes, más violentas y menos contenibles, protagonizadas por tribus nómadas situadas al noroeste de sus fronteras (los Hunos Tribus cuya superioridad militar era una consecuencia directa del hábil manejo de una caballería fuerte, esbelta y ligera, más apta para la guerra que la china, cuyos caballos eran absolutamente inadecuados para toda actividad que exigiera rapidez de movimientos. Y por tal motivo, encomendó al general Zhang Qian esta misión, otorgándole cien de sus mejores guerreros y presentes de incalculable valor para sellar esta alianza militar y política.
Trece años después, habiendo sido hostigado durante diez años por los hunos, el General Zhang Qian regresa a la Corte Imperial Han con sólo un miembro de la partida. Aunque no había logrado establecer ni una sola de las alianzas militares de su misión, el general Zhang informó a la corte de la existencia de treinta y seis reinos, verdaderas potencias comerciales, en las fronteras occidentales de China. En realidad, cuando el emperador Wu Di estaba cautivo consiguió mucha información de las tribus de Asia Central y países como Nag-Si (Persia), Tiaozhi (Caldea) y Li- Qian (el Imperio romano). En el 126 a. C., volvió a la capital china Chang'an y en el 119 lanzó una ofensiva contra los hunos y se establecieron contactos entre la dinastía Han y los países de la región. Así, el general Zhang contó de los magníficos caballos de las llanuras del Valle de Ferghana en Asia Central (hoy Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán), mucho más fuertes y veloces que los caballos chinos, con los que la caballería del Imperio Han podría enfrentarse a los hunos en mejores condiciones.
Posteriormente, las misiones diplomáticas y comerciales con los reinos del Valle de Ferghana no pudieron garantizar la seguridad ni afianzar el comercio, por lo que China preparó una invasión a gran escala, aunque fue en la segunda embestida en el año 102 a. C. que China logró conquistar todas las tierras entre sus propias fronteras y los Reinos del Valle de Ferghana. Así, los chinos no sólo consiguieron asegurarse la importación de los famosos caballos de las estepas, sino que establecieron sus propios productos en los mercados de estos reinos. Además, el emperador Zhang Qian obtuvo información sobre Roma y se encontraron en algunos relatos, como la "historia de los Han" de Hou Hanshu, los de Sima Qian y Ban Gu y documentos enviados al emperador Wu Di. Cincuenta años más tarde, cuando Marco Licinio Crasocruzó el Eufrates para conquistar Parthia en el año 53 a. C., se asombró al ver un brillante, suave y maravilloso nuevo tejido. El emperador Wu Di envió una delegación al rey Mitrídates II en el 110 a. C. y fue entonces cuando se inició la Ruta de la Seda. Unas décadas más tarde, las más acaudaladas familias de Roma estaban maravilladas de vestirse con el más preciado tejido: la seda.
Transporte


El came bactriano fue utilizado ampliamente como transporte por los comerciantes de la ruta, dada su adaptación a los climas desérticos y esteparios.
Era muy común el uso de animales en la Ruta, especialmente el camello y el elefante. Los antiguos del desierto del Sahara ya habían importado animales domesticados de Asia entre el 7500 a. C. y el 4000 a. .Objetos datados del V milenio a., encontrados en la época badariense del Egipto prédinástico, indican relaciones con lugares distantes, como Siria. Desde el comienzo del IV milenio a. ., los antiguos egipcios de Maadi importan cerámica y maderas para la construcción de Canaán.
El comercio de lapislázii proviene de una única fuente conocida en el mundo antiguo, Badahšan, localizada en el noroeste de Afganistán, localidad distante de las grandes culturas, como la Mesopotámica y Egipcia. A partir del III milenio a. C., el comercio de lapislázuli se extendió hasta Harappa y Mohenjo-daro, ambos en el Valle del Indo.
Transporte marítimo
El reciente descubrimiento del navío chino Nanhai I prueba la existencia de una Ruta marina de la seda que se habría originado 200 años antes que la ruta terrestre.
Una enorme red de cultura
A pesar de que el Barón von Richthofen bautizara, en 1870, a esta red comercial importantísima como (en alemán) Seidenstrasse, o Ruta de la Seda, es importante aclarar que la seda no era el único bien que se comerciaba a lo largo y ancho de la misma. China importaba, principalmente, oro, plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes, tintes y otros textiles provenientes de Europa y de los reinos por donde transitaba la ruta y de otros aledaños que tenían sus propias rutas comerciales que engarzaban, en algún punto, con la misma Ruta de la Seda. El Imperio del Centro (China) exportaba mayormente seda, pieles, cerámica, porcelana, especias, jade, bronce, laca y hierro.
No era común que los comerciantes atravesaran la Ruta de la Seda en todo su largo y ancho. Los mercaderes intentaban buscar el mejor precio a través de los mercados de su propio territorio o aventurándose en las fronteras de otros países, donde vendían sus mercancías, y los compradores, a su vez, extendían los bienes por su propio reino, o llevándolos a las fronteras de los más próximos en busca de mejores beneficios. Este canje, obedeciendo a leyes de mercado, hacía llegar las mercancías y bienes desde Chang'an (actual Xi'an) hasta Antioquía, en Siria, y de allí hasta Constantinopla, donde esperaban los navíos venecianos que llevarían esta inmensa cantidad de bienes y riqueza, no sólo proveniente de China, sino también de todos los países asiáticos y medio-orientales.
El eje Roma-Chang'an marcaba el principio y el final de una gran cadena de intercambios, cuyos eslabones enlazaban a territorios que hoy corresponden a Turquía con Siria, a Irak con Persia, al Cáucaso con las fronteras de la India y China; y cuyos centros comerciales, en los que se realizaban las últimas y las primeras transacciones, dependiendo si se avanzaba hacia Changan o hacia el Caspio, eran las ciudades próximas al valle de Fergana (Bukhara, Khiva y Samarkanda) o las situadas en el inhóspito desierto de Takla-Makan, cuyos oasis eran bien conocidos por los conductores de las caravanas; especialmente los de las ciudades de Tashkurgán, Kashgr, Yarkand y Hotan (o Jotán) en las que, por imperativos del clima, estaban obligadas a detenerse durante un período de tiempo siempre incierto hasta alcanzar el límite oeste de la verdadera China de entonces: la Puerta de Loulan.


COMERCIANTES EN LA RUTA



Una nueva situación política en China (protagonizada por las dinastías Tang, Song y Yuan desde el siglo VII hasta mediados del siglo XIV) y una nueva realidad económica y cultural en Occidente hicieron posible el restablecimiento de nuevas relaciones entre los dos mundos gracias a que, junto a las mercancías, empezaron a intercambiarse también las ideas, los conocimientos artísticos, los idiomas y las religiones. Desde entonces, las Rutas de la Seda dejaron de ser caminos exclusivos de los comerciantes y de los militares, y empezaron a ser transitados cada vez con más frecuencia por intelectuales y por monjes de las principales religiones del mundo, que supieron también, como si fueran ávidos comerciantes del espíritu, intercambiarse entre ellos las enseñanzas de Buda, Confucio, Jesucristo y Mahoma.
Oriente y Occidente comenzaban así a necesitarse el uno al otro, a pesar de que el enemigo acechaba siempre desde el norte; en esta ocasión, desde Mongolia. Y aunque la intensidad del comercio aumentaba incesantemente desde el siglo VIII, también crecían en igual o mayor proporción los asaltos, los saqueos, las confiscaciones y los asesinatos masivos perpetrados por las hordas nómadas del norte; tribus que, después de ser unificadas por Genghis Khan a principios del siglo XIII, demostraron que eran invencibles.
Hacia el siglo XV, con el auge de la navegación y las nuevas rutas marítimas comerciales, así como el apogeo de los Imperios árabe, Imperio mongol y turco (selyúcidas y otomanos, ambos por igual en períodos distintos de tiempo) fue languideciendo lentamente la importancia de la Ruta de la Seda como principal arteria comercial entre Oriente y Occidente, y algunas de las más florecientes e imponentes ciudades a lo largo de su recorrido fueron perdiendo importancia e influencia y, olvidados por el mundo exterior, se convirtieron en una vaga sombra de lo que fueron.
En esa época se destacan los viajes de los europeos Giovanni da Pian del Carpine y Marco Polo
Marco Polo
Marco Polo no fue el primer europeo en recorrer la ruta, pues al menos Mateo Polo y Nicoló Polo (tío y padre de Marco, respectivamente) habían realizado un viaje similar antes de invitar a Marco Polo a tomar parte en la segunda expedición al khanato de China. La celebridad de este viajero no se debe a su novedad, sino a la descripción del viaje y las maravillas narradas en su libro "Il Milione" (El millón), más conocido como Los viajes de Marco Polo o Libro de las maravillas.
Varios misioneros viajaron con anterioridad a Marco Polo. En 1245, Giovanni de Pian Carpine, acompañado por Esteban de Bohemia, viajaron hasta el Volga y llegaron a entrevistarse con Genghis Khn. Cuando llegaron a Karakorum presentaron al nuevo Khan la carta que les había dado el papa para que se convirtieran al cristianismo e hicieran frente común ante el Islam. También, en 1254, Rubruquis junto con Bartolomé de Cremona fueron al centro de Asia por orden del rey de Francia, san Luis IX, con la misión de convertir a los mongoles. Llegaron hasta Karakorum en 1254.
Durante el Renacimiento, otros europeos viajaron con posterioridad a Marco Polo al Imperio chino, a la corte del Hijo del Cielo: Jorge Pire, Fernão Pires y los jesuitas. Jorge Pires llegó en 1513 a las islas Lintín y Ferno Pires (mercader) hizo la primera factoría comercial europea en el estuario de Zhujiang. La Compañía de Jesús, en cambio, fue para evangelizar y ganarse el favor del monarca y las clases privilegiadas; el primer enviado fue el célebre Mateo Ricci en 1583.


Kashgan (la actual Kashi), punto de encuentro de las caravanas procedentes de la India, Afganistán, Tayikistán y Kirguisistán, era el otro extremo de la Ruta de la Seda en el territorio chino y, por tanto, el primer encuentro directo para las mercancías, las ideas y las religiones entre China, Occidente y el sur de Asia. La ciudad de Yarkand, visitada por Marco Polo en dos ocasiones (en 1271 y en 1275), sigue siendo uno de los enclaves comerciales más importantes de la región autónoma de Xinjiang y uno de los centros musulmanes de mayor importancia en la República Popular China.
Por la Ruta de la Seda no circulaban solamente mercaderes con bienes de todos los reinos, sino también asaltadores, ladrones y pilluelos, por lo que los caminos no eran totalmente seguros. Así, lo peor que les podía pasar, era que por aquellos desfiladeros y glaciares se despeñara un camello, perdieran al animal y a su preciada carga, y además su estiércol, que utilizaban como combustible. Y aún era peor si el camello perdido transportaba comestibles. Casi en el 80 % de la Ruta no hay árboles; sólo hielo, nieve y glaciares.
Algunas caravanas no llegaron nunca a su destino. Unas eran asaltadas por bandas feroces de asesinos, que para hacerse con las mercancías no dudaban en matar, y otras veces, morían los caravaneros víctimas de accidentes o enfermedades. En cada localidad que paraban para descansar, debían proveerse de comida para un mes, por lo menos. No es de extrañar, que Plinio el Viejo dijese que la seda china era muy cara (“gastos inmensos”).
La Ruta de la Seda también fue una vía por la que el Budismo se extendió por toda Asia. Misioneros budistas de la India llevaron las enseñanzas del Buda desde la India a Taxila, de Taxila al Tíbet, del Tibet a Dunhuang, donde penetró en China. Los conocimientos más avanzados de la época, propios de las Universidades Budistas de Nalanda, Vikramasila, Odantapuri, Vilabhi y Ratnagii, entre otras, circularon asimismo de un país a otro junto con los peregrinos, monjes, maestros y discípulos que viajaban en busca de conocimientos o a llevar sabiduría a los monasterios del Tibet, de Dunghuang o al complejo de monasterios en las Grutas de Mogao, en China. Igualmente, monjes de todos los países iban de peregrinaje a la India en misiones para encontrar manuscritos y textos budistas originales para traducirlos a las lenguas vernáculas de sus propias regiones y traer conocimientos nuevos en los campos de la filosofía budista, la medicina o la astronomía.
Paralelamente a los monjes budistas, también recorrieron esta ruta hacia el siglo V los monjes y misioneros cristianos nestorianos, quienes fundaron varias misiones en el trayecto logrando un especial éxito entre los mongoles Khitan, e incluso una misión en la capital occidental de la China, la ya citada Xi'an (estela de Singanfu), y los misioneros maniqueos que convirtieron a los turcos uigures de Turfán.
Más tarde, con el apogeo del Islam bajo la Dinastía Omeya (661-750), que quería controlar las más importantes líneas comerciales a China, tomó la mitad occidental de la Ruta de la Seda, y esta se vio interrumpida, ahogando el comercio de otras naciones con precios elevados y altas tasas. Este fue el principio del fin.
El aspecto más importante del entramado comercial de esta ruta es el papel de intermediarios que ejercían los comerciantes islámicos. Éstos, conscientes de los beneficios económicos que dejaba este trasiego comercial, no permitieron la entrada de comerciantes europeos o asiáticos en la ruta, convirtiéndose en los elementos que hacían funcionar el sistema. Las caravanas procedentes de Siria y Mesopotamia cruzaban todo el continente asiático para adquirir -a bajo precio- los productos que después venderían -a precios desorbitados- a los comerciantes o intermediarios europeos. Para ello, las caravanas hacían uso de una red de albergues llamados caravansarays para pernoctar, protegerse y proveerse.
Para el mundo islámico, la Ruta supuso una excelente fuente de ingresos que se convirtió en la base de su economía. Para Europa, una sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituibles



El viaje de Zhang Qinhh hacia Asia central





SEDA DE HOY
La producción mundial de seda se ha duplicado durante los últimos 30 años, a pesar de fibras sintéticas o artificiales de seda para sustituir algunos de los usos. China y Japón durante este período han sido los dos principales productores, así como fabricación de más del 50% de la producción mundial cada año. Durante finales de 1970 China, el país que por primera vez hace miles de años desarrollaron la sericultura aumentado espectacularmente su producción de seda y ha vuelto a ser el principal productor mundial de seda.


LA SEDA EN EL MERCADO MUNDIALA la seda corresponde una porción minúscula del mercado mundial de las fibras textiles: menos de 0,2%. No obstante, esta cifra puede inducir a error, ya que el valor comercial de la seda y sus productos derivados es mucho más impresionante, pues alcanza miles de millones de dólares. El precio unitario de la seda cruda es 20 veces superior al del algodón crudo (resulta difícil estimar el valor global del sector, debido a que los principales países importadores carecen de estadísticas fiables de los productos terminados de seda). Para formarse una idea basta considerar que la cifra de negocios anual de la Corporación Nacional de Importación y Exportación de Seda de China se sitúa entre US$ 2.000 y US$ 2.500 millones.
A diferencia de los demás textiles, la tradición y la demanda de la seda tienen orígenes históricos. En la India, la demanda local es mucho mayor que la oferta, lo que limita el crecimiento de las exportaciones. Este país es hoy el mayor importador de seda cruda, a pesar de que es también el segundo productor. La demanda local está creciendo rápidamente en otros países productores, como China, a medida que más personas logran ingresos suficientes para consumir los productos de seda más baratos. Se piensa que esta tendencia cobrará fuerza también en Viet Nam.

LA INDUSTRIA DE LA SEDA EN CHINA


 Con una historia de larga data y ha sido citado como una "joya nacional de China", la industria de la seda ha mantenido la tendencia de fuerte desarrollo en China.
Las estadísticas sobre más de 2.240 empresas de seda proporcionados por el Buró Nacional de Estadísticas muestran que el valor de seda de la producción industrial fue de 82900 millones de yuanes (cerca de 10 mil millones de dólares EE.UU.) en los tres primeros trimestres de 2003, un 18,92 por ciento respecto al año pasado 's mismo período .
Mientras tanto, China registró ventas de productos de seda por un total de 75. 8000 millones de yuanes (alrededor de 9,2 millones de dólares EE.UU.) en el período enero-septiembre, un aumento del 21,4 por ciento, y un beneficio después de impuestos de 2523 millones de yuanes (305 millones de dólares EE.UU.), un año con crecimiento interanual del 40,67 por ciento .
China ha sido durante mucho tiempo la reputación como productor de seda de liderazgo en el mundo. Sus productos de seda había sido exportado a otros países de Asia central y Europa hace más de 2.000 años a través de la antigua famosa Ruta de la Seda.
En la actualidad, la tasa de seda industrial de China se eleva el valor de salida a 90 millones de yuanes (10,88 millones de dólares EE.UU.) y las exportaciones de China más de 4 mil millones de dólares EE.UU. de productos de seda al año, lo que representa más del 80 por ciento del volumen mundial de comercio total de productos de seda.
Actualmente, alrededor de un millón de trabajadores están empleados en el sector del país sedas

LA INDUSTRIA DE LA SEDA EN INDIALa industria de la seda de la India es una parte integral de la Industria Textil y de la India es una de las industrias más antiguas de la India. La industria de la seda de la India se dedica alrededor de 60 trabajadores lakh y se trata de agricultores pequeños y marginales. La salida de la producción de la industria de seda en la India es 17 300 toneladas de seda y que produce 4 tipos de saber, de seda., Mulburry, Muga, Tassore, y Eri. El quid de la industria de la seda la India radica en los estados indios de Karnataka, Andhra Pradesh, Tamil Nadu, Jharkhand, Chhattisgarh, Orissa, Jammu y Cachemira y Bengala Occidental. "La sericultura" oa la cría de gusano de seda gira en torno a estos estados de la India y por lo tanto el cultivo de la seda se concentran en estos estados únicamente. La sericultura implica la crianza de plantas de alimentos - las plantas mulburry, la cría del insecto de seda, y finalmente los procesos de teñido capullo, como fue, retorcedoras, tejido, estampado y acabado. Recientemente, ha habido una caída repentina en el nivel de producción de seda en la India debido a los siguientes factores:
• Las importaciones de textiles baratos y alternativas de otros vecinos asiáticos
• El uso de la tecnología de fabricación obsoletas
• Primitiva y poco científica "tambaleando" y "tejer" técnicas
• El uso de semillas de mala calidad
• Baja producción de semillas bivoltino
• El uso de semillas no-calificados y enfermos
• Escaso conocimiento de la enfermedad agrícolas entre los agricultores
• Mala gestión de la cadena de suministro
• sector de enorme desorganizada y descentralizada
• Alto costo de producción
• Recurrentes sequías
• El aumento de las importaciones de seda de China
Fortalezas de la India de la Seda de la industria son los siguientes:
• enorme capacidad de producción
• Eficiente de las materias primas capacidad de fabricación
• Gran piscina de mano de obra calificada y barata
• Las aptitudes empresariales
• Enorme potencial de exportación
• mercado interno de gran
• Muy bajo contenido de importaciones
• Sistemas flexibles de manufactura de seda


La Junta Central de la Seda en el marco del Ministerio de Textiles del Gobierno de la India ha tomado algunas medidas para reactivar esta industria enfermo. Ha colaborado con el Gobierno del Japón para la cooperación tecnológica para el cultivo y una mayor aplicación de semillas bivoltino. Además, el Plan prevé una producción de seda décimo aumento de 21.800 toneladas, el aumento de las exportaciones en un 15%, y la creación de medios de subsistencia de alrededor de 61 personas lakh a finales del año 2007.

ITALIA Y FRANCIAImportadores de seda cruda, fabrican productos de alta calidad
En 1997, Italia -que ha sido tradicionalmente el mayor importador, fabricante y exportador de seda en Europa- importó unas 3.200 toneladas de seda cruda y más de 700 toneladas de hilado, principalmente de China. Además, importó unas 300 toneladas de blusas, cerca del 80% de las cuales también provenían de China. Sin embargo, las importaciones de prendas de vestir de seda se han contraído drásticamente en los últimos cinco años (en 1992, la importación de blusas de seda fue de 700 toneladas). Italia es conocida por la alta calidad de sus técnicas de procesamiento de la seda (terminado, teñido y estampado de los tejidos). En 1997, la exportación de pañuelos para el cuello fue de 586 toneladas, lo que representa un crecimiento de 15% con respecto a 1996. La exportación de corbatas llegó a 1.230 toneladas en 1997.
Francia también está equipada con una importante manufactura de seda. Durante siglos, Lyon ha producido tejidos de seda de la mejor calidad, tanto para el consumo doméstico como para la exportación. Tradicionalmente, más de 70% de los tejidos de seda destinados al mercado nacional se utilizan en la confección de prendas de vestir. Pero, según algunos indicios, hay también un gran potencial de crecimiento de la demanda de seda para artículos de decoración del hogar, como cortinas, revestimientos murales, colchas y tapicería de mobiliario. Francia exporta tejidos de seda de alta calidad a los Estados Unidos, alcanzando precios unitarios de hasta US$ 30 por m2.
EE.UUPreferencia por fibras de fácil cuidad
El mercado estadounidense (uno de los más grandes del mundo) importa en especial prendas de vestir, tejidos de decoración interior y accesorios. La capacidad local de fabricación es en la práctica inexistente. Del total de importaciones de productos de seda en 1997 (por valor de más o menos 2.000 millones de dólares), 10% se destinó a la decoración de interiores. A diferencia de Europa, que tiene una larga tradición de uso de la seda, este material nunca había logrado una gran aceptación en Estados Unidos. Este país ha sido un pionero de la importación de productos de seda de punto de China, en un comienzo ropa interior térmica, y ahora complementos como camisetas de manga corta, polos, etc. La facilidad del cuidado de las prendas es un factor comercial crucial en los Estados Unidos,y por lo tanto es importante desarrollar telas con propiedades de cuidado competitivas.
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ALEMANIAEl mayor mercado europeo: calidad y ecología
El alemán es de lejos el mayor mercado europeo para los textiles y el vestuario, y en particular, para la seda. Alemania ha importado una gran variedad de prendas de vestir, accesorios (especialmente fundas para cojines) y telas para recubrimiento mural. Casi toda la ropa de seda procede de China. La India y Tailandia han podido penetrar con éxito el mercado alemán, gracias a sus productos para la decoración interior confeccionados con telar manual. El consumidor alemán exige buena calidad y está dispuesto a pagar un poco más para conseguirla.

JAPÓNPrincipal consumidor
Tradicionalmente el principal consumidor de seda, en los años 1960 Japón dependía enteramente de la producción local, destinada sobre todo a la confección de quimonos. Desde los años 1970, la producción local ha menguado de 20.000 toneladas a menos de 2.000. El país depende ahora de las importaciones, en particular de China. La proporción de la seda cruda usada en la confección de quimonos pasó de 90% en los años 1970 a cerca de 50% en la actualidad. La seda es poco utilizada en la decoración interior. La menor actividad de los fabricantes ha tenido graves repercusiones para la sericultura brasileña, fundamentalmente orientada hacia el mercado japonés.


Los desafíos actualesSurgen competidores. Las nuevas fibras sintéticas son cada vez más perfeccionadas. Al tacto y a la vista se comparan con la seda, pero su cuidado es más fácil. La viscosa y el poliéster han logrado así ocupar una parte del mercado de la seda.
Cambio de imagen. Tras el auge efímero de la seda lavada con arena, el sector descubrió que este producto había dañado la imagen selecta del sector. Por ahora, nada se ha emprendido a nivel internacional para mejorarla, lo que muestra una falta de cohesión entre los interesados.
Debilidad económica regional. En el período de rápido crecimiento y aumento sostenido del nivel de vida, los mercados de Asia había mostrado un interés creciente por los productos de seda. Sin embargo, la reciente crisis económica de Asia meridional provocó una importante reducción de las ventas.
Desaparecen los centros de producción. Los centros de producción de seda están cerrando uno tras otro, particularmente en el Japón y la República de Corea a raíz de la industrialización de ambos países. En China, Tailandia, Brasil y otros países, millones de familias del medio rural se encuentran ante la disyuntiva de continuar o no con la producción de seda. El sector podrá difícilmente recuperarse si los agricultores lo abandonan. La manipulación del gusano de seda exige un trabajo riguroso y disciplinado, que se aprende a lo largo de generaciones.
La promoción de la seda
Una solución posible para superar los problemas de la industria de la seda es la promoción genérica. Sin embargo, en la actualidad no hay iniciativas concertadas para mejorar la imagen de la seda en los mercados internacionales. Un ejemplo que podría imitarse es la campaña emprendida por la Unión Europea para promover el lino en el segmento de las prendas de moda. El lino se empleaba tradicionalmente en productos para el hogar, como manteles y servilletas, pero al cabo de diez años de promoción ha logrado ocupar un lugar junto a las demás fibras usadas en las colecciones de moda.
La promoción de la seda debería tener por objeto restaurar la imagen del material, aprovechar las nuevas tecnologías y la evolución del mercado, y alentar la producción. Toda campaña necesita recursos financieros y coordinación, y a veces sus frutos se recogen sólo después de algunos años. Un método eficaz podría ser la colaboración en el seno de las asociaciones sectoriales con el fin de lanzar campañas nacionales destinadas a los principales mercados consumidores.
Otra alternativa podría ser el trabajo en cooperación con los grandes detallistas de Europa y los Estados Unidos. Para optimizar los efectos de la promoción, lo ideal sería definir un plan de acción para todo el sector.
Del análisis de las tendencias más recientes efectuado por el CCI se desprende que la promoción de la seda debería abarcar los siguientes elementos:

Imagen del productoDebería hacerse hincapié en que la seda es un producto de lujo y compatible con la protección del medio ambiente.
Demanda de mezclas de seda y de seda de punto
La aparición de mezclas de seda es una de las respuestas al desafío planteado por las fibras sintéticas. Aunque últimamente se han producido mezclas de seda con fibras diversas, como algodón, lino, lana e incluso poliéster, los productores de los países en desarrollo no han progresado mucho en este campo. Si quieren ser competitivos, es imprescindible que intensifiquen sus investigaciones y mejoren su tecnología.
Los productos de géneros de seda de punto respondieron a las exigencias del mercado en cuando a la comodidad de las prendas, sobre todo durante el auge de la seda lavada con arena. Los consumidores apreciaron su suavidad, estilo ligero y facilidad de cuidado. La seda de punto presenta la doble ventaja de ser un tejido de aspecto informal de calidad, que logra venderse a precios muy competitivos. China ha conseguido notables avances en esta categoría. Después de introducir la ropa interior térmica de seda para actividades al aire libre, comenzó a exportar otras prendas de seda de punto. Esta vía tiene, en principio, un potencial de crecimiento razonable para muchos países en desarrollo.
Nuevas categorías de productos
Existen otras posibilidades de crecimiento para las telas de seda, por ejemplo, en la decoración de interiores.

El papel de AsiaA mediano plazo, el mercado asiático será crucial, pues el consumo seguirá siendo importante, e incluso es probable un aumento. No obstante, habida cuenta de las dificultades actuales, también es importante salvaguardar su papel como productores.
Consciente de esta necesidad, el Banco Mundial está renovando el sector de la sericultura y la producción de seda en Bangladesh. En este país (como en la India) la seda se utiliza desde tiempos remotos en la confección de saris, y el aumento de la producción del tejido tiene por objeto reducir las importaciones de seda cruda, y al mismo tiempo crear una nueva materia prima local destinada a las exportaciones de prendas de vestir.

El CCI y el sector de la sedaDesde hace 13 años, el CCI se ha asociado con empresas, gobiernos y asociaciones sectoriales para promover la seda y los productos de seda en los países productores, sobre todo de Asia. En particular, el Centro ha trabajado en colaboración con interlocutores como la Asociación Internacional de la Seda, la Comisión Serícola Internacional (ambas con sede en Lyon, Francia) y las organizaciones sectoriales de países en desarrollo, entre las que figuran la Corporación Nacional de Importación y Exportación de Seda (China), la Comisión Central de la Seda y el Consejo de Exportación de la Seda (India), y la Asociación de la Seda (Tailandia).
Los proyectos del CCI ofrecieron a la industria de la seda la posibilidad de fomentar sus productos y mercados. El CCI aportó asesoramiento en técnicas de producción como teñido y estampado, diseño, fabricación y escalado de patrones, y corte. Las empresas participantes pudieron conocer nuevos mercados y clientes gracias a las misiones de contacto en otros países. El lema era constante: ofrecer productos elaborados y terminados, a fin de incrementar el valor añadido y mantener la competitividad.
El CCI lleva adelante un proyecto con productores de telas de seda de punto de la República Popular Democrática de Corea, para ayudar a este país a lanzar una nueva colección en los mercados europeos y japonés.
El CCI publica dos veces al año Silk Review, que analiza las tendencias internacionales de la producción y el comercio de la seda. Desde la primera edición, en 1988, la publicación se ha actualizado en cuatro oportunidades. Silk Review 1997 se distribuye gratuitamente a los lectores de países en desarrollo y se vende por US$ 40 a los lectores de países desarrollados. Se prepara la edición de 1999.
El año pasado, el CCI y el PNUD produjeron el documental «Silk: Tradition with a Future?» (Serie Azimuths). Este cortometraje, de 9 minutos, presenta la sericultura y la producción de seda en las aldeas de los países en desarrollo, actividad que sigue viva a pesar de la industrialización creciente de los países productores tradicionales



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